Hoy día ya no tienen tanta repercusión los records de velocidad sobre tierra. Pero durante muchos años fueron un polo de atracción indiscutible. Y dieron lugar a coches espectaculares y salvajes. Hoy vamos a repasar algunos de los más curiosos hasta llegar al último.
¡Que ganas tenía de hacer este video! Llevaba en la lista pues… ¡casi un año! Porque aunque me encantan los circuitos, los rallyes y las curvas, que para mí es lo más de la conducción y el pilotaje, mi faceta ingenieril siempre me ha hecho tener una especial sensibilidad por estos monstruos, sobre todo mientras fueron propulsados por motores alternativos y con propulsión a las ruedas… porque después se han convertido en cohetes con ruedas que van por el suelo.
Vamos por este listado que ni es cronológico ni es alfabético, es por orden de velocidad… e insisto, no pongo a todos, sino a los que me parecen relevantes. Y voy a llevar a Rodrigo a un callejón de salida, porque encontrar fotos de algunos de estos coches creo que será, como la película, “Misión imposible”.
Jeantaud Duc (1898) 63,150 km/h
Como curiosidad os puedo decir que los primeros récords de velocidad lo consiguieron coches eléctricos y alguno de vapor y que no eran coches diseñados específicamente para esto.
Le Jamais Contente (1899) 105,88 km/h
Solo un año después, un coche que me gusta mucho, hasta el nombre, “Nunca feliz”, supera la entonces fatídica barrera de los 100 km/h, una locura impensable unos pocos año antes. ¡Y seguimos con un coche eléctrico! Y ahora nos dicen que los eléctricos es lo último en tecnología.
Mors (1902) 122,44 km/h
A Mors le corresponde ser el primer coche con motor de combustión interna en batir un récord de velocidad…
Gobron-Brillié Gordon Benett (1904) 166,86 km/h
Sólo cinco años después de superar los 100 km/h se superan las 100 millas por hora con un coche de combustión interna.
Stanley Rocket (1906) 205,44 km/h
Y solo dos años después y con un coche a vapor se supera la barrera de los 200 km/h. Recordemos que la tecnología del vapor estaba muy desarrollada no solo por la industria del automóvil, sino sobre todo por la del ferrocarril.
Lo curioso de este récord es que permaneció vigente hasta 2009… Como récord de velocidad para un coche de vapor.
Mistery o el Sumbeam 1000 HP (1927) 327,97 km/h
¡Y llegamos a los coches que me gustan de verdad! Como este monstruo, conocido por “el coche de los 1.000 CV” que aún hoy, siguen siendo muchos.
Para hacer este coche no se anduvieron por las ramas: Juntaron dos motores de aviación de 12 cilindros cada uno y 22,4 litros de cilindrada. Lo cierto es que los 45.000 cm3 y los 24 cilindros no bastaron para conseguir 1.000 CV… Se quedaron en 900 “solamente”.
Golden Arrow (1929) 372,46 Km/h
Superar al coche de los 1.000 CV no era tarea fácil. De hecho en esta historia estoy olvidando un “detalle” muy importante: La gente, los pilotos, morían en muchos de los intentos. El precioso Golden Arrow era claramente más sofisticado que el Sumbeam de 1.000 CV, sobre todo en el aspecto aerodinámico. Su motor era de sólo 12 cilindros en W pero conseguía 925 CV. Gracias a este récord el piloto Sir Henry Segrave fue nombrado Caballero, se paso a los récords náuticos y murió en un accidente un año después.
Blue Bird (1935) 484,60 km/h
Pero Malcom Campbell y sus sucesivas generaciones de Blue Bird se acabaron convirtiendo en los reyes de la velocidad. Fueron los primeros en superar las 300 millas por hora, en el lago salado de Bonneville, las llanura más lisa y extensa del planeta, según decían. Le bastó un simple motor V12, eso sí, de 40.000 cm3… Me encantaría oír ese motor.
Spirit of America (1963) 655,72 km/h
Con solo tres ruedas y ninguna tractora a este coche se le acusaba de ser un cohete tumbando y sobre ruedas… Realmente es lo que era. Inicialmente su récord no fue homologado, pero luego se abrió la mano a los récord de vehículos con cohetes y sin propulsión las ruedas… por decirlo en idioma llano y entendible, valía todo… y así llegamos hasta nuestros días.
Bluebird CN7 (1964) 648,73 km/h
A Malcom Campbell le siguió su hijo Donald, hasta la fecha el único hombre que ha tenido al mismo tiempo los récords de velocidad sobre tierra y agua… Y otro coche mítico y precioso, propulsado por una turbina de gas pero con ruedas propulsoras y que logró un récord que, a día de hoy, sigue imbatido: El de velocidad sobre tierra para coches de ruedas tractoras.
Thrust SSC (1997) 1.227,99 km/h
Os doy un dato, ¿os acordáis de “El coche de los 1.000 CV? ¿Te parecen muchos? Pues este daba…¡¡¡110.000 CV!!! Usaba dos turbinas de aviación como las del caza Phantom.
Es el récord de velocidad homologado y vigente que lo tiene otro inglés, Andy Green, Andy “verde” que es, además, el primer registro supersónico, con una velocidad de 1,016 Mach, ¡más rápido que el sonido!