El automóvil: “La vaca lechera del estado”

El automóvil se ha convertido en muchos países en una máquina de recaudar, una “vaca lechera” a la que ordeñan sin piedad y que en España entrega a las arcas del Estado alrededor de 40.000 millones de euros al año. Sí, habéis oído bien, el triple de lo que gasta el gobierno español en defensa. En mi opinión un escándalo que vamos a rastrear y analizar cifra por cifra.

En este video vamos a investigar y a buscar hasta el último rincón y hasta el último céntimo, todo el dinero que el Estado obtiene del automóvil y los automovilistas. Y espero demostrar que la lógica y la justicia brillan por su ausencia.

El Bautizo Fiscal. Comprar un coche, el primer gran “sablazo”

El IVA o Impuesto sobre el Valor Añadido, hoy en día, es un rotundo 21%. Pero esta cifra no ha dejado de crecer. Para que nos hagamos una idea, en 1995 este impuesto era del 16%. En julio de 2010 subió al 18% y, en plena crisis, en septiembre de 2012, nos dieron la estocada final con el 21%.

¿Te parece mucho? Pues la fiesta no ha hecho más que empezar. Ahora llega el Impuesto de Matriculación, un tributo que en la mayoría de países europeos serios, simplemente, no existe. Se supone que es un impuesto “ecológico” porque grava las emisiones de CO₂, pero es una de las mayores trampas fiscales de la historia reciente. Antes de 2008, se basaba en la cilindrada. La mayoría de los coches pagaban entre un 7% y un 12%. Con la excusa del ecologismo, se cambió al sistema de CO₂. Al principio coló, porque con el antiguo ciclo de medición denominado NEDC, muchos de los coches más vendidos quedaban exentos. Es una doble imposición de manual.

El “Ordeño” diario. La sangría de usar el coche

Una vez que el coche es tuyo, el Estado no se olvida de ti… por el contrario, se convierte en tu sombra. Empecemos por el Impuesto de Circulación o IVTM acrónimo de Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica. Es un impuesto municipal, lo que significa que cada ayuntamiento decide cuánto te “clava “en un ejercicio de arbitrariedad inaudito. Las diferencias son demenciales.

Pero la verdadera joya de la corona, la mina de oro del Estado, es el combustible. Cada vez que paramos en una gasolinera, más de la mitad de lo que pagamos no es por la gasolina o el diésel, sino por los impuestos que lleva asociados. De un litro de gasolina que pagamos, por ejemplo, a 1,70 € el litro, aproximadamente 90 céntimos van directamente a las arcas públicas a través del Impuesto Especial sobre Hidrocarburos y el IVA que se aplica sobre el total. La cifra total es tan monumental que cuesta imaginarla. Solo por los hidrocarburos, el Estado recaudó en 2023 más de 22.000 millones de euros. Es el gran pilar oculto de las finanzas públicas.

La multa como modelo de negocio. La DGT del execrable Pere Navarro

Y, por si fuera poco, tenemos a la Dirección General de Tráfico. La DGT se ha convertido en una agencia de recaudación casi perfecta. En 2023, batió su récord histórico de multas, ingresando la escalofriante cifra de 507 millones de euros. El negocio se sostiene sobre una red de más de 2.800 radares, cuya ubicación, seamos sinceros, muchas veces responde más a un afán recaudatorio que a criterios de seguridad vial: Rectas kilométricas con un límite de velocidad absurdo, cambios de velocidad injustificados justo antes del cinemómetro, radares de trípode, móviles, en helicópteros… donde sea… un sistema diseñado para hacer caja.

¡Agárrate! El “Gran Total”. La Cifra del Escándalo

Y llega el momento de sumar. Si metemos en una coctelera el IVA, el Impuesto de Matriculación, el de Hidrocarburos, el de Circulación, tasas, multas y demás, la cifra es mareante. Según los últimos datos consolidados de ANFAC, la patronal de fabricantes, correspondientes a 2023, el sector de la automoción en España aporta cada año a las arcas del Estado cerca de 40.000 millones de euros.

Para que dimensionemos esta brutalidad:

  • Es prácticamente el triple del presupuesto de todo el Ministerio de Defensa.
  • Supera con creces el presupuesto de ministerios como Justicia, Interior, Exteriores y Cultura, todos juntos.
  • La evolución es implacable. A principios de los años 2000, esta cifra rondaba los 22.000 millones. En poco más de veinte años, la presión fiscal sobre el automovilista ha aumentado en 18.000 millones de euros anuales.

La gran pregunta. ¿Qué recibimos a cambio?

Insisto, ¿qué recibimos a cambio de este esfuerzo fiscal titánico? ¿Una red de carreteras impecable? ¡Nada más lejos de la realidad! El último informe de la Asociación Española de la Carretera es para echarse a llorar: el déficit en mantenimiento de nuestras carreteras supera ya los 11.000 millones de euros. Uno de cada tres kilómetros de la red presenta deterioros graves. El Estado recauda una cifra récord, pero no reinvierte ni una cuarta parte en mantener las infraestructuras por las que nos cobra. El dinero se va a la gran caja común para tapar otros agujeros. El sector del automóvil es maltratado.

La Comparativa Europea: El mito de que en España no se paga tanto

Volvemos a Europa, donde la propaganda oficial insiste en que la presión fiscal sobre el automóvil en España está en la media. ¡Falso! La clave no es la cifra absoluta, sino el esfuerzo fiscal que supone para un ciudadano con un salario medio español.

Compra del vehículo: La combinación de un IVA del 21% (superior al 19% de Alemania) y un Impuesto de Matriculación que no existe en potencias como Alemania o que es muy inferior en otros países, hace que el desembolso inicial en España sea de los más dolorosos de la UE en relación con el poder adquisitivo.

Recaudación por combustible: Aunque en términos absolutos Alemania recauda más por tener más coches, España está entre los países con los impuestos sobre la gasolina y el diésel más altos de Europa. Esto castiga no solo al particular, sino a toda la cadena económica, desde el transportista hasta el agricultor.

El modelo español es perversamente claro: una fiscalidad altísima en la compra y en el uso diario que afecta a toda la población por igual, vivas en una gran ciudad o en un pueblo donde el coche es tu única forma de ir al médico.

Conclusión

Las cifras no mienten. Unos 40.000 millones de euros al año recaudados, un aumento de 18.000 millones en dos décadas, y un déficit en mantenimiento de carreteras que es una vergüenza nacional.

El automóvil es el pilar financiero oculto del Estado español. Somos un cajero automático con ruedas para un sistema que recauda sin cesar y que no reinvierte de forma justa.

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