A principio de los años ’80 #Renault era la marca que más se identificaba con el Turbo, gracias a sus éxitos primero en las 24 horas de Le Mans y luego y sobre todo con sus épicas actuaciones en la Fórmula 1. La marca siempre había cuidado mucho el aspecto deportivo, en Francia con las versiones Alpine. Y el R5 triunfaba en todos los mercados. La ecuación era sencilla: Tecnología turbo, imagen deportiva y éxito del Renault 5… ¿Y si lo juntamos todo, ¿Qué pasaría? Pues lo que pasó, sencillamente, que nació un mito.