A finales de los años 80 el turbo llegaba a los motores Diesel con la misma fuerza o incluso más que a los motores de gasolina.
Los coche de asfalto con tecnología 4×4 llegaban a todas las marcas, incluso a las más tradicionales.
Mientras todos, periodistas, aficionados y simple usuarios, esperaban la comparativa de los dos coches de moda: Su “Majestad” el Golf GTi 16v frente al aspirante, el prometedor Opel Kadett GSi 16v…
Y por cierto en Le Mans se resolvía, después de 24 horas, la carrera por un puñado de segundos.
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