Mi primer Gran Premio de Fórmula 1

El 30 de abril de 1976 me fui al Jarama con mi mejor amigo, una mochila llena de comida y una tienda de campaña. Desde el viernes al mediodía hasta el domingo ya entrada la tarde, cuando mi padre me vino a buscar, vivimos en la pelousse del Jarama. Y la experiencia me gustó tanto que repetí tres años seguidos más…

Este vídeo pertenece al Area de Socios de Garaje Hermético, para verlo tienes que pertenecer a este grupo y tiene un coste de 0,99 euros al mes.

Os dije que en estos vídeos os iba a contar tema más personales… pues hoy desde luego, voy a cumplir. Y además tengo fotos… pocas, porque en esa época no había móviles y los carretes de la Kodak Instamatic que me prestaban mis padres eran caros… y el revelado, más. El primer año no llevé cámara… sencillamente porque no teníamos. Las fotos del último año se las quedó mi amigo… y le he perdido la pista.

Voy a recordar con vosotros mi experiencia en mis primeros GG.PP. de Fórmula 1, que disfruté como un niño. Guardo alguna de esas entradas… bueno, ahora la foto, porque las entradas se las regalé a Emilio de Villota cuando lo entreviste… ¡que menos! Pero seguro que Rodrigo os las está mostrando.

Esos años no iba únicamente a ver la carrera iba allí a vivir un fin de semana de Gran Premio. Montaba mi tienda de campaña en un rincón de la Pelousse y vivía, literalmente, allí el fin de semana. No había ni camping ni duchas ni baños «ni ná de ná». Cuando se hacía de noche nos íbamos por la zona que ahora es la curva de la Hípica y nos colábamos precisamente a la Hípica a coger agua y a ducharnos cuando nadie nos veía a manguerazo limpio. Y luego nos bajábamos a boxes a ver a los mecánicos trabajar en los coches. No había, como ahora, guardias a cada paso. Bueno, si los había, pero cuando acababa la carrera se iban… y nosotros nos colábamos.

El Tyrrel de seis ruedas

La verdad es que me considero un afortunado. En el 76 pude ser testigo de la pelea entre Hunt y Lauda, del debut de Emilio de Villota con un Brabham BT44 y ver en primicia el Debut del Tyrrel de 6 ruedas… ¡vi las primeras vueltas en circuito de ese coche! Y tantos coches que me gustaban como los Wolf, Shadow, Surtees y March.

En el 77 pude ver en primera persona la superioridad de los Lotus 78 y la carrera de Emilio de Villota con un coche ya más competitivo, el McLaren M23 con la publicidad de “Visit Spain”. Bueno y vi debutar el R5 Copa como modelo de la Copa… recuerdo que no sonaban nada… luego eso cambió.

En el 78 no solo vi los preciosos Lotus de Andretti y Peterson dominar la carrera sino comprobar como los pilotos podían tener estilos muy diferentes y muy eficaces. Bueno, importantísimo, ver acabar en el puesto 12+1 a un coche con el que soñaba, el Renault con motor Turbo. ¡Ah y el accidente de Carlos Reutemann… Tengo esa foto.

Patrick Depailler

Y en el 79 vi ganar a uno de mis pilotos favoritos, Patrick Depailler con un Ligier Ford precioso y ver en el podio a los dos Lotus con otros de mis pilotos favoritos, el Lole Reutemann que hizo segundo y de nuevo Andretti tercero.

El primer año estaba emocionado. ¡Iba a ver a mis ídolos! Me refiero a pilotos y a coches… pero los demás años fueron igual de buenos…

Iba en autobús, cargado hasta arriba, con mochila y tienda de campaña… desde la parada del autobús al circuito era un paseo, pero un paseo gordo… con temor de que no nos dejasen pasar con la tienda de campaña…

Nuestro despertador era el ruido de los motores calentando en boxes… no nos perdíamos ni una sola tanda de entrenamientos, las veía con el bloc de notas en la mano… Cuando acababan las pruebas, algo de comer y siesta. Tras la siesta, expedición a la hípica, ducha a escondidas y a manguerazo limpio y luego llegaba lo mejor…

Nos colábamos en el parque cerrado

El domingo lleno de público, pero al acabar la carrera mientras todos se iban, nosotros nos colábamos por los vericuetos y atajos que conocíamos de noche para llegar al borde de la pista, hasta el mismo parque cerrado… hacíamos cosas que hoy serían imposibles.

Para mi estas cuatro experiencias cambiaron mi vida. Si ya era un verdadero enfermo de los coches y las carreras, estas cuatro carreras fueron un verdadero chute de adrenalina…

Veía rodar a los F1 y me decía «algún día correré, seré yo el que esté ahí». No he llegado a la F1… ni siquiera he corrido en monoplazas. Siempre sido un piloto privado con medios muy modestos. Mi tío Pepe me llevaba a las carreras en su 2CV furgoneta y cuando, mirando a la pista, le decía «algún día estaré ahí» el me decía, «no te hagas ilusiones, es un deporte de ricos».

Soy piloto

Pero fui y soy piloto. No tengo un palmarés de relumbrón, aunque he ganado carreras y he sido campeón de Madrid, por ejemplo. He conseguido algunos buenos resultados, alguno muy bueno y he aprendido mucho. Pero sobre todo he disfrutado. He disfrutado mucho. Cada carrera, sobre todo en el Jarama, cuando arrancaba en boxes y llegaba a la curva de Le Mans y luego a Farina miraba a la pelousse a la izquierda y me decía «yo estaba allí y ahora estoy aquí, lo conseguí».

Y encima tuve la fortuna de ser periodista del motor. ¿Se puede pedir más? Hombre, pedir se puede pedir más, pero estoy muy satisfecho con lo que he conseguido porque, una cosa os aseguro, sigo conservando gran parte de la ilusión que tenía en aquellos primeros GG.PP. … y espero ser capaz de transmitir esa ilusión… ese es mi sueño ahora.

Pregunta del día

Hoy me he puesto un poco blandito, pero este tema siempre consigue emocionarme y esa es la pregunta, ¿Cuándo te has emocionado más o por primera vez, como aficionado? ¿Qué día te diste cuenta de que eras un apasionado del motor?

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