En este vídeo te contamos que se puede decir que por su configuración y situación en el mercado el Porsche 911 no tiene rivales… pero sí lo tuvo. Renault primero con el Alpine A310 y luego con el A610 y la ayuda del turbo plantó cara a Porsche… ¿de verdad el Alpine estaba a la altura del Porsche? Vamos a verlo.
El 1961 apareció el Alpine A110 que consiguió ganar en la primera edición del Campeonato del Mundo de Rallyes para marcas, siendo ya un veterano, el 1973. En 1978 se dejó de fabricar el A110.
El Porsche 911 nace en 1964 y sigue fabricándose hasta el día de hoy con el motor posterior como seña de identidad. Y al comenzar la década de los 70 llegan los sucesores…
Llega el Alpine A310
Al A110 le sustituye en 1971 el Alpine A310, un diseño completamente nuevo, primero con motor 1,6 litros con culata Gordini y 127 CV y luego con el V6 de la generación PRV, de la que ya hemos hecho un video titulado «Comparativa V6, Busso vs. PRV». Un motor que a pesar de sus 6 cilindros y 2,7 litros solo ofrecía 150 CV.
Al primer 911 le sustituyó en 1973… otro 911. La llamada serie G, para muchos, entre los que me incluyo, el más bonito. Todos los Porsche contaban con el motor 6 cilindros bóxer refrigerado por agua. Un motor con muchas cualidades: Centro de gravedad bajo, ligereza y buena potencia, en la versión Carrera el motor era un 2,7 litros atmosférico para ofrecía 210 CV… bastantes más que el V6 usado por Alpine de “solo” 150 CV… el Porsche ofrecía un 40 por ciento más de potencia con un peso similar.
Porsche 911 Turbo
Y en 1974 nace un mito, el Porsche 911 Turbo, el primero, con motor de 3 litros y 250 CV y poco después con 3,3 litros y ¡300 CV! Este nivel de potencia le permiten un nivel de prestaciones mucho más alto que el Alpine… hablamos ya de un ¡100 por cien más de potencia! Era mucho. Y Alpine, de la mano de Renault, reaccionó.
Reaccionó, pero ¡tardó años! Desde que aparece el Porsche 911 Turbo en 1974 hasta que aparece el Alpine GTA V6 Turbo en 1985 pasan 11 años. Soy un pesado, pero es que en modelos deportivos el motor PRV no lucía y pese al turbo y a sus 2,5 litros solo ofrecía 200 CV. Era el mismo motor, con ciertas adaptaciones, del R25. Y llega en 1991 un Alpine que ya pretendía estar a la altura, el A610 con motor Turbo que ya no era PRV sino PHV. ¿Y qué es eso de PHV? Pues un PRV evolucionado.
No se podía cambiar el calado de los cilindros a 90 grados, pero si se modificaron las muñequillas para conseguir un encendido más regular, cada 120 grados, como si fuese un V6 a 60 grados… lo que debió de ser desde el principio. El nuevo motor era de 2.458 cm3 en vez de 2.664 cm3 del antiguo, gracias a una carrera mucho más corta, de 73 mm se pasa a 63 mm, con la idea de que el motor suba más y mejor de vueltas. Además, se montan nuevos árboles de levas y un encendido electrónico mucho más sofisticado.
Alpine A610 Turbo
Y por fin nace el Alpine A610 turbo con el motor moderno, pero de 2.975 cm3 y 250 CV, una potencia que lo acercaba más a Porsche. En el bastidor se conservaba el tradicional chasis de viga central, como en todos los Alpine y muchos Lotus, pero muy reforzado. El motor obviamente sigue siendo trasero, pero muchos elementos o pasan delante o se adelantan, como la batería, la rueda de repuesto, la centralita del ABS… Gracias a eso el reparto de peso mejor mucho, pues del anterior 37/63 por ciento, se pasa en el A610 al 43/57 por ciento, una mejora apreciable. El peso se mantenía por debajo de los 1.500 kg.
En 1988 aparece la tercera generación del 911, conocida como 964 y llega la re-evolución. Esta serie solo duraría 5 años, hasta 1993. Estéticamente era una “simple” evolución del primero, del G, con algunos detalles, pero pese al parecido estético, el coche era diferente en casi un 90 por ciento a su antecesor. Por ejemplo, destaca que en las suspensiones se cambian las barras de torsión por muelles helicoidales… todas las suspensiones son nuevas y la mejora es radical.
El 911 Turbo de la tercera generación, conocida con la clave de 964 llegan en el mismo año que el Alpine A610 Turbo… ¿casualidad? Seguramente. Lo que sucede es que el 911 Turbo de esta generación ya llegaba a los 320 CV y pronto llegaría a los 3,6 litros y 380 CV. Pesaba más que el Alpine, se reparto de pesos era peor, pero sus prestaciones eran de infarto, con una máximo de 270 km/h y un 0-100 km/h de 5,3 segundos.
Tuve la enorme fortuna de poder probar estos coches muchas veces, mucho tiempo y muchos kilómetros. Y tengo claro cómo son y cómo van… y os lo cuento en este vídeo.
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