Parece increíble, pero el peso de la pintura influye en las prestaciones de un Fórmula 1. Unos kilos de más o de menos son tan importantes sobre la carrocería como en el chasis o en el motor. Por eso los monoplazas actuales presentan grandes superficies sin pintar, dejando la fibra de carbono al descubierto. Aunque esta es una historia muy antigua, que se remonta a 1934 y que dio origen a una leyenda.