El diseño de coches es complicado. En su faceta artística tiene que ser bonito, tiene que representar los valores de la marca y ofrecer una mínima practicidad; pero también tiene que ser viable, porque hay una faceta técnica, hay que fabricarlo en serie y debe dar cabida a muchos elementos mecánicos. No es fácil… no es fácil salvo para algunos magos como Marcello Gandini, quizás, el mejor diseñador de todos los tiempos.